El pasado 2 de agosto, desde la Casa Blanca, el presidente Trump anuncia su apoyo al nuevo proyecto de ley conocido como RAISE Act, que tiene estrictas reformas en las leyes de inmigración de Estados Unidos. El proyecto de ley fue presentado por los senadores Tom Cotton y David Perdue para su respectivo proceso de argumentación y votación.

El nuevo proyecto de ley promete reducir los índices de pobreza, aumento de salarios y un ahorro millonario para los contribuyentes. Consiste en un cambio en la forma en que se emiten las Tarjetas Verdes “Green Cards” a las personas de otras nacionalidades.

Las tarjetas verdes le otorgan al residente un permiso de trabajo y la facilidad de obtener la ciudadanía. Durante décadas Estados Unidos ha otorgado un número record de tarjetas verdes a inmigrantes de bajos salarios, considerado por el presidente una presión sobre los trabajadores estadounidenses a los que no se les está dando prioridad y deben competir por estos trabajos con personas recién llegadas.

“El proyecto de ley RAISE Act”, acabará con la inmigración en cadena y reemplazará nuestro sistema de inmigración de baja calidad por uno nuevo basado en puntos para recibir una tarjeta verde” dice el presidente Trump.

La nueva reforma que se quiere implementar se basa en un sistema de puntos al mérito y favorecerá a los aplicantes que: hablen inglés, se soporten financieramente a ellos y a sus familias y demuestren habilidades que contribuyan a la economía del país.

Los nuevos inmigrantes no obtendrán beneficios en el momento en que entren al país considerándose injusto con los ciudadanos estadounidenses que ya no serían desplazados si el proyecto de ley se aprueba. Las necesidades de los ciudadanos y de América se pondrían por encima de todo.

El polémico proyecto RAISE pretende disminuir la inmigración en un 40% para el primer año y un 50% a 10 años, impulsando la generación de empleos para los estadounidenses así como un aumento en la compensación salarial promoviendo la estabilidad de fábricas y comercios que tengan su casa matriz en Estados Unidos.
El RAISE Act deja interrogantes que inquietan a ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes que ya presentaron las solicitudes de residencia para padres, hijos mayores de 21 años solteros o casados, hermanos y demás miembros de familia aplicables en la ley de inmigración vigente, y que se encuentran actualmente en el trámite y a la espera de la tan anhelada Green Card con el objetivo de lograr el “sueño americano”; pero que con la posibilidad de que llegase a ser aprobada la iniciativa presidencial podrían quedar inconclusos.